martes, 2 de noviembre de 2010

Mis leyendas | Isma Santos, el último gran defensor

Después de un tiempo sin hablar de ningún gran jugador que me llamara la atención en mi infancia hoy vuelvo con fuerza, como la que derrochaba en cada acción este gallego incansable, un jugador quizás desconocido para las nuevas generaciones o para los amantes de la estadística, con una garra fuera de lo común y siempre haciendo el trabajo sucio para que otros se lucieran en ataque. Así fue como se labró una gran reputación desde la oscuridad de la defensa. Hoy en Mis leyendas: “Isma Santos, el último gran defensor”.

Ismael Fabián Santos Rodríguez nació el 26 de abril de 1972, en Orense, Galicia. A los trece años se fue a Madrid para jugar en las categorías inferiores del club puntero de la ciudad, el Real Madrid. Allí destacaría curiosamente –y esto es algo que no sabe la gente- como un gran anotador debutando como profesional en 1989 a la temprana edad de 17 años.

El joven Santos se encontró con un equipo repleto de calidad y grandes jugadores como J.L Llorente, Chechu Biriukov, Quique Villalobos, Pep Cargoll, Fernando y Antonio Martín o Fernando Romay entre otros. Los americanos fueron Ben McDonald y Michael Levin Anderson. Sin embargo no se consiguió ningún título, eran tiempos de dominio de F.C.Barcelona en la liga y además, la Recopa de Europa se perdió en la final. Respecto a Santos… 5 partidos en todo el año, 9 minutos jugados y dos puntos anotados. La lección era clara, había que aprender.

La temporada 90/91 cambió algo el guión. Brabender empezó a confiar en él, 16 partidos jugados e incluso lo alineó en una ocasión en el quinteto titular. Sin embargo había demasiados cocineros de renombre como para que un “pinche” elaborara una nueva receta. Con 10 minutos por partido apenas lanzó 27 veces a canasta. Ni siquiera su excelente 42% desde la línea de triple mostraba su capacidad ofensiva en detrimento de otros jugadores. En cuanto a títulos, se volvió a llegar a una gran final continental, esta vez la Copa Korac, y de nuevo el resultado fue el mismo. Subcampeón.



Parecía que el destino no era justo con Santos, un baloncestista de su nivel, internacional indiscutible en categorías inferiores, no tocaba bola en los partidos… pero de repente algo cambió su futuro.
La dirección técnica del club pensó que lo mejor para el chaval era que se fogueara en otro equipo sin tanta presión y sobre todo, en el que pudiera demostrar si de verdad tenía talento.

Así llego en la temporada 91/92 al C.B. Guadalajara de Primera División. Allí coincidió con Lasa un compañero con el que haría historia años más tarde. Esta temporada fue la de su despegue, dirigido por “Chuchi” Carreras consiguió los mejores números como profesional y dejando un gran recuerdo en el club dónde aún se le menciona.



El Real Madrid no dudó en recuperarlo para la siguiente temporada. Con la experiencia de varios años en la élite y la demostración del año posterior, el curso 92/93 fue el de su explosión. 29 partidos jugados, 11 como titular, 411 minutos y 133 puntos. Pero lo que es más importante, el conjunto blanco después de una larga travesía por el desierto por fin rompía la hegemonía del Barcelona consiguiendo la Copa del Rey y la Liga ACB. Se estaba comenzando a forjar una leyenda.

La temporada 93/94 fue la de su confirmación. 206 de valoración en 23 partidos. Con unos excelentes porcentajes de tiro (60% en tiros de 2 y 40% en triples) llevaron al Real Madrid a los playoff por el título y a conseguir de nuevo el título ACB. Santos se había convertido en el mejor canterano de ese actual equipo blanco, un club que hacía una década que no conseguía que ningún “filial” brillara en el primer equipo. Los últimos habían sido Romay y Llorente.

Estas grandes estadísticas le valieron para ser elegido el jugador revelación de la temporada dentro de una plantilla que contaba con un buen ramillete de figuras. Santos ya había demostrado que era un jugador completo, que compaginaba acciones espectaculares apoyadas en su notable condición física, con otras de brega y sacrificio, gracias a su extraordinaria intensidad defensiva. Esto le valió para ser seleccionado por el equipo nacional sub 23 consiguiendo la medalla de bronce en Ljubljana, Eslovenia. Sin embargo lo mejor aún estaba por llegar.

La temporada 94/95 comenzó con la Liga Europea “entre ceja y ceja”. Después de conseguir y revalidar el trono nacional era hora de ir a por el Europeo. Para Santos esta fue una temporada en la que dispuso de más minutos de juego (aunque menos minutos por partido), algo que se podría explicar por su falta de acierto cara al aro (24% en triples y 42% en tiros de 2). De esta forma se le encomendó defender a las grandes estrellas de los equipos rivales. Y ahí es donde pasó a formar parte de la historia.


Son recordadas las defensas asfixiantes que le hizo a Djorjevic o cuando secó a la estrella del Knorr de Bolonia Predag Danilovic y futuro NBA. Podríamos decir que fue el momento cumbre de su carrera. Santos supo cual era su rol en el equipo; Sabas y Arlauckas anotaban, Antunez subía la bola, Biriukov ponía galones, y el “mordía” en defensa a quien se pusiera delante.

Muchos afamados tirados de la vieja Europa podrían corroborarlo, Michael Young (Limoges) o Eddie Johnson (Olympiakos) quién acabó desquiciado al igual que Danilovic en la Final Four del 95. Así fue como el Real Madrid se volvía a hacer con la Liga Europea después de 15 años. Su octavo y último título hasta ahora en otro gran partido defensivo de Santos. La final por cierto se jugó en el Príncipe Felipe, Zaragoza.

Los años siguientes serían de sequía de títulos consiguiendo únicamente la Eurocopa en la 96/97 y el subcampeonato en Liga. Los grandes jugadores del pasado se habían retirado o habían probado suerte en la NBA y se reemplazaron por otros que también marcaron época como Bodiroga o “Los Albertos”, Herreros y Angulo.
Cuentan precisamente que era habitual ver como Isma retaba a estas grandes estrellas en los concursos de tiro, y que la sorpresa habitual era ver doblar la rodilla de estos tiradores ante un Santos que por momentos rememoraba sus tiempos de tirador, aunque fuera entre bambalinas, o en las ruedas de calentamiento, donde las enchufaba primorosamente para luego recluirse en una esquina sin ademán de pedir la bola.

Fueron los tiempos en que Obradovic con el crédito logrado armó un gran conjunto los siguientes años, pero al que le faltó algo y fracasó.



Tras la salida del genio balcánico, Santos que tenía un gran cartel en Europa por sus grandes actuaciones continentales emigro al basket italiano en la temporada 99/00, la Benetton fue su destino. Allí volvió a saborear el triunfo con una gran temporada en la que se alzó con la Copa de Italia y el subcampeonato en Liga.
Sus números estaban lejos de los conseguidos en sus mejores años en Madrid sin embargo seguía siendo el jugador defensivo.

Después de la segunda temporada en Italia dónde no consiguió ningún título emigró a Grecia en Noviembre del 2001. Jugaría en el Dafni Atenas de la HEBA. Su carrera estaba llegando a su fin pero aún tuvo tiempo de volver a la Lega.

Su último equipo fue el Cimberio Novara en la temporada 02/03.

Se retiró al finalizar la temporada y entró en una agencia de representación de jugadores. Más tarde decidió romper con el baloncesto y se mudó a un pueblo francés a las faldas de los Alpes con su mujer Kay Rush. Ella le aficionó a la montaña abriendo su propia empresa que trabaja con guías profesionales en el 2007 y convirtiéndose en Guía Acompañante de montaña en el 2009.



Atrás queda su carrera deportiva, sus años en el Real Madrid del que llegó a ser capitán. Su virtud defensiva que le convertiría en uno de los mejores especialistas de Europa. No era algo que se entrenara, solía afirmar, sino cuestión de “dejarse la piel en la cancha”.

Sin embargo esta virtud no ocultó otras cualidades de este base reconvertido a escolta, como un buen tiro exterior y una opción segura para entrar a canasta si el ataque se complicaba. Su labor podía ser oscura y no reflejarse bien en las estadísticas, pero su trabajo siempre fue ensalzado por sus compañeros y temido por aquellos que tuvieron a Ismael entre el balón y la canasta en aquellos tiempos en que tirar era una obligación.

Repudiado por los rivales solo le quedaban sus compañeros, estos le agradecían el trabajo del que les liberaba, hasta el triunfo europeo, sumun de un equipo esforzado y dual como Jeckill y Mr Hide.

¿Qué hubiera pasado si hubiera jugado en otro equipo? Quienes le conocieron en categorías de formación afirmaban que podía haber sido un gran base-escolta anotador y con capacidad para romper los partidos con su defensa, pero él decidió quedarse en el Madrid, y eso significaba defender o estar fuera. No quiso romper el reglamento y ahí es cómo entró a la historia.


PD: Santos tiene su propia página web.



Texto: Sobre la Bocina / wikipedia / ACB.com / www.losojosdeltigre.com / havokbolson.blogspot.com /

Fotos: google / clasicosdelbasketmusic.blogspot.com

5 comentarios:

  1. Yo, sin ser aficionado al Real Madrid, tengo que reconocer que pocos defensores así he tenido el placer de ver jugar. La expresión "bajar el culo" lo definía perfectamente.

    Sin duda un clásico infravalorado

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  2. Fabuloso texto. Era una lapa, de esos tipos que te desesperan. Pero mi recuerdo lo desestima como un anotador, más bien como un mediocre tirador. Seguramente en el baloncesto actual hubiera jugado mucho con algunos entrenadores, pero imposiblemente hubiera hecho esa carrera en el Madrid. Interesante su final deportivo.

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  3. Lo que estoy seguro es: Como guia de montaña debe ser muy bueno ... siempre pegado a tí, vigilando y atento a cualquier descuido.
    Gracias, por hacerme recordar ¡¡¡

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  4. @Dsromero: Yo cuando le veía jugara alucinaba con su defensa. día de hoy creo que daba un clínic en cada partido defensivamente. Como bien dices bajaba el culo como nadie.

    @Puertatras: De cadete y junior era uno de las mejores promesas ofensivas ya que sacaba un gran partido de su físico entrando a canasta y tenía un tiro espectacular. Es lo que me han comentado.

    Supongo que después bajaron sus porcentajes en profesionales porque se igualaron los físicos y la defensa le fatigaba para jugar más eficaz en ataque. Además con Sabas, Arlauckas, etc.. los tiros de los que disponía Santos eran más bien de necesidad de soltarla que por una buena posición.

    @Costalgaraldals: Muy buen apunte xdd.

    Un saludo a todos y gracias por comentar.

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  5. Yo puedo confirmar, pues jugué con él en las categorías inferiores del Real Madrid, que era un gran anotador; excelente en las penetraciones, y bastante buen tirador (esa faceta la fue mejorando año a año). Pero si por algo destacaba, era por su excepcional dominio del balón, era el mejor "driblador" del Real Madrid (incluyendo los senior)

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