
Allí fue entrevistado por Gonzalo Vázquez.
Además también está Nacho Martín, su nombre en NY es "Daflow", y está seleccionado para jugar el All Star de West 4th.

Texto: Sobre la Bocina
Fotos: Google.images
Video: ACB.com



Con el motivo de rememorar "el partido interminable"os muestro el texto que escribí en su día y el vídeo íntegro del encuentro para que lo disfruteis.
Decía Camilo José Cela que la historia tiene dos protagonistas, los que la escriben y los que la padecen. A partir de hoy se podrá decir que la batalla épica que se desencadenó ayer, 18 de Noviembre del 2009 a medianoche, sería una absoluta desconsideración, una descortesía enorme y una completa falta de respeto sin nombrar que ambos conjuntos escribieron y padecieron por partes iguales.
Las cuatro guerras a muerte que Zaragoza y Burgos disputaron condensan todo el encanto y el esplendor de un deporte como el baloncesto. Fue un espectáculo emocionante, conmovedor, tremendamente imperfecto, pero hermoso. Los 60 minutos de sangre, sudor y lágrimas dieron una victoria colosal hasta el punto que la memoria no alcanza a recordar gesta tan extraordinaria, no por su belleza sino por lo arrebatador y delirante.
De forma angustiosa, la contienda terminó casi de medianoche. Burgos, ciudad histórica de grandes caballeros, plantó cuartel con un ejército de valientes soldados que luchó en cada terreno codo a codo y no se amedrentó por las importantes bajas sufridas. Así durante la batalla fueron cayendo exhaustos y sin fuerzas sus torres más pesadas y sus unidades de arqueros de infalible puntería. Pero ahí surgió Alberto Miguel, capitán de balística, que lanzó a cinco segundos para el final un lejano cañonazo desde más de siete metros a las murallas zaragozanas, dejando miles de corazones heridos que buscaban un héroe al que enaltecer para la posterioridad y un alma errante, la de la ciudad, que sucumbía ante un enemigo crecido.
Con el orgullo que da el morir matando, el bando aragonés se levantó del revés sufrido y lanzó una ofensiva feroz y desesperada. Sánchez, un soldado relevado a la segunda línea en el comando de operaciones de la infantería, dio un paso al frente y se convirtió en un excelente lugarteniente en toda la batalla. De este modo encabezó un ataque heroico e infructuoso pues no consiguió llegar al enemigo.
Pero la historia tan esquiva a veces cambió su curso en esta contienda.
Ahí fue cuando Phillip, comandante general de las tropas y uno de los hombres más respetados e importantes de cuantas batallas alcanza la vista, logró acertar a derribar al enemigo en uno de esos golpes de suerte que solo los más veteranos e ilustres pueden llegar a tener. El comandante de las lejanas tierras de Inglaterra, con mando tenaz y victorioso, gigante como ninguno, pudo atrapar el rebote ofensivo a menos de un segundo para la muerte final, que supuso la que sería la última flecha disponible con la que atravesó para siempre la férrea defensa burgalesa. Sus números lo elevan al Olimpo; 43 puntos, 12 rebotes, dos robos, 14 faltas recibidas y 57 de valoración. Sublime, colosal.
Un triunfo épico, de valor incalculable que ensalzará a sus héroes a la posterioridad. El resultado final, 121-120. No se vio nunca nada igual.
La historia se hará eco de tal hazaña, con tantas unidades pereciendo en campo de batalla y un sentimiento común “entre los escombros y entre los muertos habrá siempre una lengua viva para decir que Zaragoza no se rinde”.
Texto: Sobre la Bocina
Foto: FEB.es
Video: Youtube.com






Fue elegido en la sexta posición del Draft de la NBA de 1984 por Washington Bullets, pero fue traspasado a Cleveland Cavaliers a cambio de Cliff Robinson y los derechos sobre Tim McCormick. Decir que esa posición de draft solo fue superada por la de Dennis Hopson, pick #3 en 1987, a lo que se refiere a jugadores que hayan pasado por Zaragoza.
Aún así sus números no fueron malos, promediando 15,1 puntos y 7,6 rebotes por partido. Sin embargo se esperaba mucho más dominio de un americano en aquellos tiempos, que unido a su vida noctura, la elevada ficha y su visible obesidad fueron detonantes para su salida al año siguiente.

Pero tiene pinta de cambiar. Está claro que alguien deberá mover la primera ficha en este cara a cara. En mi opinión, conforme avance el verano iremos comprobando como los jugadores van aceptando contratos –no les queda otra pues no hay dinero- y pasaremos de una partida de ajedrez a una de dominó en la que unas fichas irán moviendo a otras hasta completarse todos los huecos libres de las plantillas. Será así, pues no hay otra solución. Y aún será más radical con los nacionales ¿Acaso es mejor alternativa irse a jugar a una liga extranjera dónde la oferta no va a ser superior al no existir el amparo de los cupos?